foto por Lucía Escobar
El ritmo del tiempo se aliviana con un buen expresso, definitivamente extraño los cafés del centro, observar despacio esa vitrina, girar unos grados la vista tras la barra, la mara, las casaca de fin de la tarde, los saluditos de uno y del otro lado de la banqueta, encuentros, desencuentros. El olor de la calle a esa hora, el olor del café, el olor del frío de enero, juntos tienen algo que definitivamente extraño, unas veces más que otras, hoy por ejemplo.
1 comentario:
Me gustó el título. Para nosotros en Argentina, la hora del café es sagrada, con amigos o familia, novios o amantes, siempre "nos juntamos a tomar un café" es un símbolo de Buenos Aires que está llena de cafecitos por todos lares.
Con tus palabras me detuve a disfrutar esos momentos tan particulares.
besos
Publicar un comentario